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Balance y expectativas Federiquianas a 2012

Diversos son los aspectos que debemos tener en cuenta, a revisar y de ser necesario a mejorar o, por otro lado, a reforzar para que nos sintamos bien y fortalezcamos la gestión educativa que nos pertenece a todos y que nos corresponde con tanto orgullo dirigir y representar en la comunidad Caldeña.

En educación, y sobre todo en los procesos administrativos, se debe actuar de manera responsable y con mucha seriedad.  En otro sentido, las decisiones para producir transformaciones y cambios pertinentes: carga académica, mejoramiento en el aprendizaje, cualificación de los docentes, entre otros, se ajustan a un proceso participativo de la  evaluación con el propósito de aproximarnos al logro de una educación con calidad desde los propios actores, a necesidades institucionales concretas, no a caprichos, ni visiones personalistas.

De hecho, en el pasado año de 2011 quedaron pendientes de consolidarse transformaciones, cualificar y atemperar  procesos y proyectar otros que nos permitirán seguir creciendo académica, pedagógica y administrativamente. El objetivo de la calidad en nuestra propia misión implica procesos de evaluación claros que conlleven, por supuesto, a la investigación y así promover el desarrollo institucional de la I.E.F.A.; ya que, los desafíos que plantean la consecución del éxito escolar de los alumnos requieren una actitud favorable a la innovación y a la experimentación.  Las circunstancias en que viven nuestros niños, niñas y adolescentes  van cambiando al mismo ritmo con que se transforma la sociedad. Por ese motivo, la educación no puede concebirse como una actividad estandarizada ni regulada de una vez para siempre, sino que hay que desarrollar actitudes y modos de actuación que permitan su paulatina adecuación a circunstancias y demandas cambiantes.

En los actuales momentos la comunidad educativa Federiquiana afronta el desafío de desarrollar acciones, capacidades y habilidades que de manera sistemática nos garanticen el mejoramiento progresivo y fortalecimiento de nuestra institucionalidad y sobre todo depurar la confianza en sí mismos, la de los Padres de Familia, de nuestros estudiantes, de los docentes, fortalecer la autoestima y generar seguridad en el desarrollo de una propuesta pedagógica pertinente. Ya lo advirtió nuestro Rector, profesor Julio C, Hidalgo, el próximo año lectivo de 2012, nos demanda fortalecer la funcionalidad eficaz de las diferentes instancias institucionales, la rectoría, la coordinación general, el servicio de orientación, la práctica docente, el equipo de calidad y de convivencia, consolidar la planta de docentes para atender responsablemente la población discente en las dos sedes; entre otros.

Las rutas.

La formulación de planes de mejoramiento se ha ido convirtiendo en un asunto meramente instrumental, además de asumirse de manera equivocada como sustituto del P.E.I. y  para cumplir un requerimiento de tipo legal y administrativo. En contraste, debe ser una estrategia dinámica y transversal que posibilite el logro de nuestras metas institucionales, deben plantearse  rutas para repensar la institución y producir transformaciones concretas, que redunden en mejores resultados en el compromiso de formar las nuevas generaciones de Caldeños. Es necesario entonces, ajustar los procesos de gestión organizacional que nos permita diferenciar y correlacionar estos componentes propios de nuestro quehacer cotidiano.

En este sentido, está comprometida la gestión directiva de la cual es importante considerar: El Liderazgo, desarrollo de colaboradores, iniciativa, negociación, gestión del conflicto, trabajo en equipo, orientación a resultados, análisis de problemas y toma de decisiones, organización y planificación, orientación a cada uno de los estamentos de la comunidad educativa, además de:

Habilidades Sociales

 (Capacidad para mantener relaciones con los demás, sanas y estables) · Asumir la responsabilidad de la propia vida. · Desarrollar cada una de las áreas de la vida. · Equilibrio familiar. · Implicación social adecuada.

 Habilidades de vida y bienestar

 (Capacidad de equilibrar el mundo laboral y personal) · Empatía personal. · Crítica constructiva. · Uso adecuado del Feedback. (Retroalimentación de procesos) · Resolución de problemas y superación de conflictos.

La actividad docente.

La actitud y presencia del educador, para quienes hemos asumido esta arriesgada vocación, es evidente que no puede remitirse solo al cumplimiento de un horario de trabajo y circunscribirse a realizar funciones académicas o de administración escolar;  ser educador siempre exigirá esfuerzos y entregas mayores, reclamadas por la misma dinámica del hecho educativo. El educador es educador siempre, en todo lugar, en todo espacio, en todo momento y esto suele hacerse en muchas oportunidades más explicito en ámbitos no necesariamente referidos al aula de clase, pues educar,  no implica solo desarrollar los contenidos de un currículo escolar o de un plan de estudios. El profesor es siempre un modelo para el alumno por lo que  es  fundamental que esté en disposición de unas dimensiones personales idóneas, y más  específicamente, que haya potenciado su competencia socio-emocional  y comunicativa.

Es importante y oportuno  agradecer y reconocer la significativa labor que con tanto esfuerzo y muchas veces con pocos incentivos y recursos realizan a favor de nuestros alumnos y alumnas Federiquianos muchos de los maestros del colectivo docente. Es para nuestra gestión un motivo de orgullo y de confianza contar con un talento humano que debe ofrecer valiosas capacidades y con tantas posibilidades de impulsar el proyecto educativo institucional y ambiente laboral que todos nos merecemos.

Como sea que antes de ser educadores somos seres humanos, siempre será importante acudir a revisiones y situaciones de alerta ante el desempeño de nuestra actividad docente, dado que la misma corre el riesgo de caer en rutinas, vicios y desgastes, que evidentemente se verán reflejados en el detrimento de nuestra Institucionalidad que tenemos la responsabilidad de asegurar.

Reflexionar sobre nuestra práctica docente, nos permite ver cómo es que estamos  trabajando con los estudiantes, cómo es nuestra relación con los compañeros de trabajo y padres  de familia; pues a veces nos damos cuenta que cometemos errores, que  para nosotros es difícil  aceptar y corregir; así como darnos cuenta de que los conocimientos que tenemos no son  los suficientes para trabajar con ellos y en este sentido como profesionales debemos  estar abiertos a sugerencias y a recibir ayuda de otros compañeros, que nos permitan mejorar nuestra práctica docente. También es importante tomar conciencia  y  saber hasta qué grado estamos  preparados o actualizados en nuestra profesión; como docentes no debemos perder de vista  que para nosotros es importante seguirnos preparando y actualizando, ya que esto permite  atender mejor a las necesidades de nuestros alumnos, así como, atender a la diversidad  educativa.

La expectativa en la participación de los padres de familia.

De acuerdo a la legislación colombiana, la participación de los Padres de Familia en los órganos del gobierno escolar o asociaciones de Padres de Familia debe propiciar un clima de confianza, entendimiento, integración, solidaridad y concertación entre todos los estamentos de la comunidad educativa y sobre todo promover actividades de formación de los padres de familia encaminadas a desarrollar estrategias de acompañamiento a los estudiantes para facilitar el afianzamiento de los aprendizajes, fomentar la práctica de hábitos de estudio extraescolares, mejorar la autoestima y el ambiente de convivencia y especialmente aquellas destinadas a promover los derechos del niño, entre otras funciones (decreto 1286, abril 27 de 2005).

 La educación, como cualquier profesión, tiene un marco teórico, unas estrategias y procedimientos que acreditan y avalan el accionar docente. Además, las instituciones educativas, al hacer pública su filosofía educativa, permiten que los padres de familia puedan elegir a aquel que más se ajusta con lo que buscan. En nuestro caso, tal decisión entraña la aceptación de la propuesta de la I.E.F.A., la confianza en la idoneidad de los profesionales que aquí laboran y su delegación de la tutela y autoridad  para que -a través de sus profesores- guíen y orienten a su hijo conforme al perfil del alumno propuesto.

 De manera que entre la IEFA y los padres de familia se establece una alianza marcada por acciones complementarias que convergen en un mismo punto: la educación y formación de sus hijos. La complementariedad no es confusión, más bien supone claridad en la delimitación de los roles a partir de la cual el colegio concurre como experto en la tarea de definir lo que el alumno necesita con miras a su desarrollo educativo.

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