El pasado 23 de abril, en Colombia se celebró el Día del Idioma. 85 años en los cuales el país se empodera y engalana una vez más con este gran acontecimiento.
Cabe resaltar que hace 25 años, en 1995 la Conferencia General de la Unesco escogió el 23 de abril como fecha simbólica del homenaje a la lectura, y desde 1996, ese mismo día se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, lo cual es importante en la promoción de la lectura y la protección de quienes dominan el arte de la palabra escrita.
El objetivo fue claro desde el principio: impulsar la lengua y su correcta implementación, promoviendo su utilización más allá de las Instituciones Educativas o del ámbito académico en general, lo cual hace que todos los sectores de la sociedad deban comprometerse a cuidarlo en su dimensiones de forma, de uso y de contenido en contextos sociales determinados por la cultura universal, regional o local, toda vez que es el vehículo de la comunicación humana, a través del cual se transmite y hasta se configura el pensamiento, considerado una capacidad cognitiva que facilita el aprendizaje.
Es tradicional que durante esta fecha en las Instituciones Educativas se realicen todo tipo de actividades culturales en torno al homenaje y reconocimiento especialmente de Miguel de Cervantes Saavedra y su obra “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. En variados y festivos escenarios se rinde tributo a los personajes de la literatura y a sus obras, se hacen acrósticos, declamación, obras de teatro, concursos y hasta festivales gastronómicos. Pero este tipo de celebración, aunque respetable por ser producto de la creatividad de los estudiantes, se queda en una experiencia sumada a la lista de actividades realizadas como complemento a los planes curriculares y, seguramente a la semana siguiente se olvidarán porque los mismos están comprometidos en eventos de otras asignaturas.
Esta celebración debe ser una reflexión sobre el sentido de la comunicación y el entendimiento entre las comunidades, a partir del uso correcto del lenguaje, sobre su sentido lógico, etnológico y ético. Debe servir para revisar, desde la perspectiva del uso del lenguaje o el idioma, cómo nos estamos comunicando y, además de las palabras, revisar los factores sociolingüísticos de la comunicación y cómo el buen uso del idioma fortalece la identidad cultural nacional, sin desconocer la existencia de nuevas acepciones semánticas propias de la revolución global y la digitalización del mundo. Hacemos referencia a lo pragmático, lo cotidiano, a la importancia del diálogo, y a cómo, a través de éste se construye cultura comunicativa, sobre la base ética del mensaje como presupuesto para el respeto entre los interlocutores, con capacidad e interés por lograr entendimiento, que es un valor superior dentro de la dinámica de la comunicación, especialmente en las acciones verbales.
Este podría ser el objetivo al celebrar el Día del Idioma desde la institucionalidad; es el espacio propicio para construir auténtica cultura comunicativa, o por lo menos formar buenos hábitos y criterios para el uso adecuado del lenguaje, donde se utilicen los términos correctos y los niños y jóvenes sean conscientes de que, por encima de las costumbres y giros idiomáticos generados por la moda y la tecnología, hay todo un espectro de formalidad, con normas que deben respetarse a la hora de interactuar, exponer o argumentar. Esto evitará que más adelante sigan actuando como gran parte de la generación actual, donde los discursos públicos están llenos ofensas, falsedades y son altamente demagógicos, precisamente porque se desconocen los principios de calidad y relevancia en la acción comunicativa.
En esencia, hay que promover el buen hablar, que infortunadamente se tropieza con la pobreza léxica de nuestros niños y jóvenes, con su escasa lectura, con la incorporación de vocablos lingüísticamente inexistentes y conceptualmente inexplicables, reduciendo su universo lexical a abreviaturas, monosílabos y términos propios de las redes sociales, que también tienen su responsabilidad en la desfiguración de la ética comunicativa.
Como actividad preliminar se realizó La tertulia Literaria, en la cual participaron Padres y estudiantes de la Básica primaria. Este espacio fue una oportunidad para transversalizar el lenguaje e imprimirle su carácter universal.
Además, la comunidad educativa de la Básica Primaria celebró la semana del idioma y por supuesto una importante velada para la participación de nuestros niños en diferentes actividades como la decoración del salón de clases con bombas y dibujos de libros y letras y lo más llamativo la entrada de cada aula. El objetivo de la celebración se sostuvo en crear conciencia de la historia, el crecimiento y uso del idioma. El objetivo de la celebración es crear conciencia de la historia, el crecimiento y uso del idioma.
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