Se cumplió la inauguración de los juegos Intramurales del Preescolar y la Básica primaria, y el alma de este evento, como ha sido tradicional, es nuestra docente Mónica Villada Villada. Ella es maestra de niños pequeños y lo asume llena de orgullo. Es maestra de todo su ser, no solamente de su cerebro; su enseñanza no se limita a cumplir objetivos para un año académico, como ella dice “créanme que esa tarde o temprano se alcanza”. Más que enseñarles los números, los colores o las formas, le interesa enseñar a los niños a amar, a vivir, a ser generosos, a compartir, a comunicarse, a interactuar asertivamente con sus amigos, a tomar decisiones adecuadas.
Reitera Mónica: “el juego es considerado una herramienta muy útil para el proceso de enseñanza aprendizaje en la etapa de Educación Infantil. A través del juego los niños van mejorando sus habilidades y capacidades para afrontar situaciones del mundo que los rodea, por eso todos los años creamos este estimulo con nuestra comunidad educativa, en el que nos comprometemos todos los profes y los directivos, además de los padres de familia”.
Entiéndase, que el juego es una actividad natural en el niño que resulta fácil de reconocer y está presente a lo largo de toda la vida del ser humano. A través del juego, las personas que lo practican pueden llegar a comprender el mundo que les rodea y cómo actuar sobre él. Mediante el juego descubren sus posibilidades interpretan la realidad, ensayan conductas sociales y asumen roles, aprenden reglas y regulan su comportamiento, exteriorizan pensamientos, descargan impulsos y emociones.
El juego, en la etapa infantil, es un medio de aprendizaje del niño donde crea una zona de desarrollo próximo en la que se mueve por encima de su edad y de su conducta habitual. Al realizar esta actividad con otros niños demuestra que se encuentra seguro y preparado para crear y experimentar, afianza su autocontrol y consigue metas que asimila con facilidad.
La importancia del juego en el desarrollo infantil es incuestionable, resultando relevante para el desarrollo de muchas de sus habilidades, contribuyen a la maduración psicomotriz, potencia la actividad cognitiva, facilita el desarrollo afectivo y es el vínculo fundamental para la socialización de los niños y niñas. Los primeros juegos son sencillos, pero fortalecen vínculos afectivos y se crea una primera base para la comunicación.
El juego permite trasladarse a situaciones que no pertenecen a la realidad, por lo que resulta muy útil como instrumento de adquisición de diferentes situaciones vitales y de aprendizaje de distintos tipos de comportamiento. A través del juego el niño muestra su momento evolutivo sin sentirse estudiado y de una forma completamente espontánea y sincera.

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