El acoso o la intimidación en la escuela se define como cualquier forma de abuso mental, verbal o físico que ocurre repetidamente entre los estudiantes durante un período de tiempo, e incluye específicamente una forma metódica y sistemática de tortura en la que el perpetrador a menudo expone a la víctima y silencia a otros compañeros. En el caso del bullying, una persona con el potencial físico del agresor es percibida como más fuerte y capaz de intimidar, abusar o acosar a uno o más pares. Por lo tanto, intimida verbal, emocional o físicamente a un compañero que es percibido como indefenso o débil.
El acoso se diferencia de otras formas de violencia entre pares por su naturaleza repetitiva e intencional, sus patrones de comportamiento y sus desequilibrios de poder o autoridad. Desde el punto de vista de la víctima, todo se reduce al hecho de que no puedes alejarte ni protegerte del acosador. Por otro lado, desde el punto de vista del atacante, necesita dominar y conquistar a los demás para poder ganar reconocimiento social o estatus frente a otros estudiantes. Un ciclo de acoso ocurre cuando surgen jerarquías interpersonales informales desiguales entre distintos grupos. Acoso o humillación de la víctima en un lugar donde los adultos no sean visibles y con la ayuda de transeúntes o testigos.
La violencia persistente entre los jóvenes tiene principalmente importantes consecuencias negativas para las víctimas, como: baja autoestima, síntomas de depresión o ansiedad, problemas en áreas académicas o, en casos extremos, la muerte, lo que les dificulta su integración en la escuela. y desarrollarse normalmente en su proceso formativo.
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