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Magnifica celebración del Día de la Convivencia

Mediante la Resolución 22977 del 10 de agosto de 2011 se decide oficializar y reconocer el 15 de septiembre como el Día de la Convivencia Escolar en todos los establecimientos educativos oficiales y privados de los municipios no certificados del Departamento de Antioquia. En este sentido la IEFA realizó una jornada pedagógica y lúdica que orientó e implementó acciones referidas a la promoción de la convivencia, con la participación activa y comprometida de todos los integrantes de la comunidad educativa, en el marco de nuestro Plan de convivencia. La jornada fue un buen pretexto para llevar a las aulas temas y actividades de interés en torno a la convivencia y la no violencia.

En la Básica Primaria

La convivencia organizada y tranquila en el aula es condición indispensable para un normal desenvolvimiento de la vida en la I.E.F.A. Ello presupone una responsabilidad que no solamente asumen los maestros sino también los niños, que han de poner cuidado y atención en lo que se hace o decide, dentro de normas que son generales y aplicables a todos. Esto implica dos cosas importantes:

1.  Que las normas sean apropiadas a las particularidades de la comprensión y comportamiento de los niños.

2.  Que sean de estricto cumplimiento, por lo que se está obligado a responder de ciertos actos y acciones cuando tales normas se transgreden.

Dadas las posibilidades de la edad, a los niños de la Básica primaria hay que motivarles a que pongan cuidado y atención en lo que hacen, enseñarles los pasos de las normas que han de cumplir, y elogiarles cuando lo hacen, o en su defecto, llamarles la atención sobre su incumplimiento cuando ello sea así. Esto se ha de trabajar durante cualquiera de las actividades que se realizan en el aula, y no convertirlo en un decálogo de acciones a cumplir ajeno a las actividades de su vida cotidiana.

Para ello es indispensable que los niños asuman el cumplimiento de las normas como un “compromiso” propio, y no como algo que se les impone como símbolo de autoridad. Las normas deben ser interiorizadas por decisión propia, y no impuestas desde afuera, si bien es esperable que, dadas las características de la edad infantil los incumplimientos puedan ser relativamente frecuentes por diversas razones. En la medida en que se consolidan, se van convirtiendo en patrones de comportamiento y van paulatinamente volviéndose rasgos de la personalidad. Los padres han de tener conocimiento de dichas normas, de modo tal que en la vida hogareña refuercen los comportamientos que en la I.E.F.A. se pretenden formar.

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En la Básica secundaria y media.

La propuesta permitió realizar una jornada lúdico-recreativa y cultural en la cual nuestros estudiantes expresaron  su creatividad y sano esparcimiento como estimulo para la sana convivencia Federiquiana. Las actividades que se emprendieron durante este día se integraron al trabajo escolar cotidiano de nuestros docentes y alumnos. Sin perjuicio de lo anterior, se generaron espacios colectivos que dieron a las acciones periódicas un carácter singular, que sobresalieron como un hito dentro del calendario escolar. Así, el trabajo de reflexión, expresión, registro y difusión en instancias de interacción comunitaria, complementaron y enfatizaron el sentido último de la cotidianeidad Federiquiana: reflexionar sobre la calidad de la convivencia en nuestra Institución como un principio de la democrática participativa.

Una educación de calidad trasciende la asimilación de un conjunto de contenidos de las diferentes áreas, se refiere también y principalmente, a la posibilidad de formar personas íntegras e integradas, capaces de vivir en sociedad, sosteniendo relaciones humanas respetuosas y significativas en la construcción de su propia identidad. Para ello, es necesario enseñar a los niños, niñas y jóvenes a “vivir con otros” en un marco de respeto y de solidaridad recíproca; un contexto en el que niños, niñas y jóvenes sean vistos como personas, con capacidad para desarrollar en plenitud su capacidad afectiva, emocional y social, y aprender valores y principios éticos que contribuyan a la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

La convivencia escolar supone un aprendizaje progresivo y permanente en que los adultos de la comunidad educativa, particularmente los docentes y las familias, tienen el rol fundamental y decisivo de constituirse en modelos de comportamiento y acompañantes en esta etapa crucial del proceso de socialización de los estudiantes.

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