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La resistencia docente al trabajo cooperativo en equipo

El trabajo colaborativo, en equipo, entre los profesores de las Instituciones educativas es poco frecuente, no porque no haya en cada una de ellas docentes dispuestos a trabajar de esta manera, sino porque tienen compañeros que se niegan, rotundamente, aduciendo una inadecuada interpretación de su libertad de cátedra u otro tipo de excusas: no se puede, para qué, así no se hace, que lo hagan otros, nada sirve, a mi ellos no me pagan, entre otras reacciones.  Esto conduce a que en muchos colegios los maestros realicen su trabajo de manera individual, en soledad. Es común que no exista ambiente de trabajo entre ellos, o que éste sea inaguantable.

Un equipo puede querer decir cosas distintas para cada uno: ser amigos, compartir materiales, planificar juntos, compartir obstáculos. ¿Qué significa lograr un equipo para cada uno de nosotros? ¿Todo grupo es un equipo? Un grupo reúne personas que trabajan juntas, pero estas no necesariamente conforman un equipo. Para hablar de equipo es necesario que esas personas trabajen en favor de un objetivo en común y que estén comprometidas con esa meta. Esto implica participar y estar comunicados. Si no, no hay equipo; puede haber grupo, puede haber amistad y hasta buen clima de trabajo, pero no estamos en presencia de un verdadero equipo.

Consideramos que el planteamiento de la problemática que nos ocupa, adquiere relevancia porque, desde siempre se ha dicho que la docencia es una profesión solitaria. Uno de los problemas que afronta el profesional docente en su desempeño es el individualismo con el cual el docente realiza su tarea. Entre los factores que explican este comportamiento se encuentra, sin duda, el modelo de organización del trabajo escolar, que no estimula la discusión en equipo ni la co-responsabilidad por los resultados y obliga al docente a enfrentar, privadamente, la solución de los problemas que plantea su actividad.

Este alto nivel de individualismo es, en ciertos casos, asumido por los docentes como una expresión de autonomía profesional. La autonomía, entendida como aislamiento y reducción del ámbito profesional, «a la placa deportiva», es un aspecto muy importante de la cultura de los docentes.

En este contexto, es importante proponerse estrategias de acción, se dirigen, a superar la idea de «el docente», en singular, para comenzar a trabajar sobre el concepto de equipo docente. Introducir el trabajo en equipo y la acumulación de experiencias, como una exigencia del propio diseño de gestión de las instituciones educativas. Una de las posibles líneas de acción para el futuro se basa en la hipótesis del ejercicio de la docencia como profesionalismo colectivo.

El profesor, por consiguiente, no suele tener suficientes patrones inmediatos de referencia con relación a si su trabajo se desarrolla o no de forma correcta. Este suceso dificulta el control y regulación general de las tareas de todos los docentes y origina incertidumbre en ellos. Las directrices, los acuerdos o los principios institucionales, aunque aparentemente admitidos por todos, en último extremo deben desarrollarse mediante acciones individuales cada uno en su lugar de trabajo; este hecho puede dar lugar a que los profesores las interpreten de formas diferente y, si no existe un adecuado trabajo en equipo que sirva para supervisar y regular el trabajo de unos y otros, puedan aparecer prácticas educativas descoordinadas o contradictorias.

Esta situación tiene una doble consecuencia: todas las cosas que los docentes hacen o harían pasaran inadvertida, y todas las buenas y las malas, sin poder corregir y sin poder aprovechar las buenas ideas. Es decir que la situación de aislamiento llevada a los extremos menos deseables, suele dar lugar a la autocomplacencia y a reforzar las situaciones de inmunidad e impunidad que gozan muchos docentes, que obstaculizan cualquier intento de cambio e innovación. El problema del aislamiento tiene raíces profundas, genera un cansancio y desgaste interno en la persona, por lo cual el docente se encierra en sí mismo realizando un trabajo individualista. Las prácticas individualistas arraigadas en muchos colegios, es una expresión muy ligada al léxico escolar tradicional. Este aislamiento produce atrofia profesional y dificulta la coordinación en una organización ya de por sí articulada de forma deficiente y frágil.

Preparó: Ricardo Steffens

FUENTE PRINCIPAL:

LIC. MARÍA JULIA DEMARÍA SCIURANO. “Del aislamiento profesional al profesionalismo colectivo”. Trabajo expuesto en el II Congreso Inter-regional de Educación Física (región IV-VIII), octubre del 2004. Argentina. https://www.efdeportes.com/efd101/prof.htm

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