Diana,
Tal vez no contribuimos a solucionar todos tus problemas de la vida, ni tuvimos la respuesta apropiada a tus preguntas, pero puedes estar segura que te escuchamos cuando estuviste triste y confundida. Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos (cuando te graduaste por ejemplo) los sentíamos como propios, disfrutamos de ellos tanto como tú.
Ahora, no podemos impedir que te alejes de nosotros, pero si podemos desearte lo mejor y esperar que vuelvas. Si alguna vez te ofendimos, de verdad que, lo lamentamos desde ese mismo instante. y las veces que fallaste también supimos comprenderte…. y sabes por qué? porque te queremos como eres.
Haremos todo lo que un buen compañero puede hacer: Orar por ti y agradecerle a Dios por habernos dado la oportunidad de tener una compañera como tú.
Compañeros de la Institución Educativa Federico Ángel. Jornada Mañana y Tarde. Febrero 4/2009
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