Es evidente que el Decreto 1290 se formuló con el propósito de generar confusión y anarquía en el contexto de la evaluación del desarrollo del proceso pedagógico-académico de las Instituciones Educativas, además de la perversa intención de demostrar incompetencia de la escuela para administrarla y aplicarla con el objetivo de ofrecer resultados eficientes y eficaces, garantes de una formación de calidad. Todo esto, para justificar el sistemático proceso de privatización de la educación en Colombia y garantizar a los empresarios colombianos estabilizar y futurizar la mano de obra barata y coartar el desarrollo del pensamiento y la creatividad de las nuevas generaciones de Colombianos.
En este contexto es importante compartir facetas del debate que se cierne en torno a la realidad del decreto y sus repercusiones en el proceso educativo y el progreso de nuestro país. El profesor Vallejo, incansable investigador del CEID-ADIDA nos aporta un interesante análisis que consideramos pertinente traer a colación y acercarlo a todos nuestros visitantes, colegas e interesados del ámbito educativo colombiano.
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