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La I.E.F.A. en el Lanzamiento del Plan Nacional de Lectura y Escritura “Leer es mi Cuento”

“hoy hemos venido a entregar un millón de libros maravillosos de la Colección Semilla, porque lo que queremos con el gobernador es que no haya ni una sola sede educativa que no tenga su biblioteca y en esta materia Antioquia será uno de los primeros en tener cobertura universal.”

María Fernanda Campo, Ministra de Educación Nacional

En el marco del Plan Nacional de Lectura y Escritura “Leer es mi Cuento” se hizo una convocatoria a todos los maestros de lengua castellana y comunicaciones de los municipios no certificados de Antioquia para participar en un encuentro. El evento tuvo lugar el pasado 22 de octubre de 2013 en el auditorio Marie Poussepin del colegio de La Presentación del municipio de Envigado y presentó como un gran atractivo una ponencia a cargo del conocidísimo y extraordinario investigador español  Daniel Cassany.

Dicha reunión, también contó con la presencia de la Primera Dama de la Nación, el Gobernador de Antioquia, el Secretario de Educación Departamental, la ministra de Educación y más de 1.000 docentes provenientes de todos los municipios no certificados de las nueve subregiones del departamento. Desde la I.E.F.A. estuvimos presentes los educadores: Gilma Cardona, Sandra Correa, Diana patricia Flórez, Martha Hernández, Luz Mery Atehortúa y Ricardo Steffens. Afortunadamente la alocución del profesor Cassany salvó el interés del auditorio que estuvo salpicado de los discursos flojos y rutinarios de los funcionarios del estado que hicieron presencia para la instalación de este evento.

Vale la pena anotar que el profesor Daniel Cassany, entrado en años, acaparó la atención de todos los presentes, y no era para menos. Pienso, que en el contexto de sus investigaciones, especialmente en torno a la escritura como proceso, somos pocos los maestros que hemos dejado de abordar sus obras. Licenciado en Filología Catalana, Doctor en lingüística, se doctoró también, en Enseñanza de Lenguas y Literatura en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Barcelona. Ha ejercido la enseñanza en varios centros y ha sido profesor de Lengua Catalana en la Escuela de Formación de Profesorado de EGB en la Universidad de Barcelona, y desde 1993, profesor de Análisis del Discurso en Lengua Catalana de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de libros y ensayos sobre comunicación escrita y didáctica de la lengua.

En su alocución, el maestro Cassany alude al hecho de que en el contexto  mundial se ha reconocido el efecto que están produciendo las TIC en el campo educativo. Sin embargo, sus efectos todavía no se han evaluado lo suficiente. Argumenta que los avances en las tecnologías de información y comunicación (TIC) han producido efectos diversos en el gusto por la lectura en las generaciones jóvenes, debido a que les resulta más atractivo interactuar con los modernos medios audiovisuales que con un texto escrito en soporte de papel, pero que son actividades que hay que aceptar e integrar a los procesos de formación en las escuelas que están siendo habitadas por estas nuevas generaciones de niños, niñas y jóvenes hoy.

“Siendo la lectura un ejercicio que va más allá de distinguir los fonemas o reconocer las estructuras básicas de sentido, la enseñanza de la lectoescritura en nuestras escuelas, como herramienta para construir el conocimiento, requiere de un compromiso profundo por parte de los maestros, para asumir el cambio cultural e incluir todo tipo de textos como material de lectura tomando en cuenta el análisis del discurso como paso importante en la comprensión”.

Su conferencia titulada “Enseñar a leer y escribir en la época de Internet” nos pone en sintonía con el trance que, en este siglo, experimentamos quienes tenemos la responsabilidad de orientar la apropiación de la lectoescritura en medio de los avances en el uso de las Tecnologías de la Información y las comunicaciones. “La explosión de los medios de comunicación de masas y especialmente de los canales audiovisuales (telefonía, televisión y radio), inducen a pensar falsamente que la escritura está perdiendo terreno. Los adultos, y también el profesorado, piensan que cada día se escribe y lee menos, que la interacción oral está sustituyendo la escrita (las conversaciones telefónicas a las cartas), que los poderosos medios de comunicación de masas están matando a la escritura y, en definitiva, que lentamente la sociedad se está desalfabetizando. Los estudiantes que aprenden todavía perciben con más intensidad esta sensación, sienten que lo moderno son los nuevos formatos audiovisuales (TV, cine, videos Tablet, Celulares), mientras que la escritura resulta una tecnología vieja, pasada de moda y con poco futuro. En general, no se escribe hoy menos que ayer, sino que se escribe de manera distinta”.

“Para seguir siendo útil, la redacción debe adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales, que a experimentados la escritura en los últimos años. Deber poner más énfasis en los textos académicos, enfocar la composición como una tarea socializada y cooperativa, y, en definitiva, evolucionar al ritmo que cambia la sociedad. Sólo de este modo el alumnado tendrá la sensación de que está aprendiendo algo actual, aplicable a su realidad”. En este sentido el maestro tiene la necesidad, también, de ser un poco residente de las nuevas tecnologías para seleccionar estrategias que estén a tono con las transformaciones modernas.

Aunque parezca irreverente decir que el libro escrito en papel está en vías de extinción, porque todavía son pocos los hogares que pueden contar con una computadora, la tendencia mundial apunta hacia su uso generalizado. Los nuevos maestros, digo nuevos porque somos vivientes en este siglo, debemos estar conscientes de esta tendencia y adoptarla de la mejor manera para disminuir el atraso que las escuelas han mantenido en los últimos años.

Es hipotético afirmar que, los avances tecnológicos han contribuido a producir la crisis en la lectura. Pero es necesario aclarar que esta crisis, está ocurriendo en el paradigma que considera al libro impreso como objeto de lectura por excelencia. Los alumnos se resisten a leer libros, encuentran a esta actividad, tediosa y monótona. Difícilmente leen por placer o por iniciativa propia. En la mayoría de los casos, toman un libro porque es necesario para alguna tarea escolar. Los maestros recurren a diversas estrategias para obligar a leer a sus alumnos y ellos buscan la manera de evitar la actividad.

Finalmente, es bueno, ponderar el hecho de que salimos un tanto de las rutinas enclaustrantes de las instituciones educativas y se nos ofreció una interesante oportunidad de servir de interlocutores de uno de los más importantes investigadores del lenguaje en el mundo.

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